La Navidad y sus
Tradiciones: Las Piñatas
Este mes celebramos el Nacimiento de
Jesús.
Este acontecimiento está rodeado de costumbres y tradiciones que hoy
recordaremos.
Por: Tere Fernández |
Fuente: Catholic.net
Un poco de historia
Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o
lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se
transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita.
En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no
es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por
qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder
vivirlas mejor.
A continuación, presentaremos una de ellas con una pequeña explicación acerca
de su significado y origen:
Las Piñatas
Origen
de la tradición:
Las piñatas tienen su
origen en China, donde, al inicio del año chino en primavera, se llevaba a cabo
una ceremonia en la cual los chinos elaboraban con papel la figura de un buey,
la cubrían con papeles de colores y le colgaban herramientas agrícolas.
Los colores de la figura simbolizaban las condiciones en que se desarrollaría
el año con respecto a la agricultura. Se rellenaban con cinco clases de
semillas que caían cuando los reyes mandarines le pegaban a la piñata con varas
de diferentes colores. Cuando ya estaba vacía, se quemaba y la gente trataba de
obtener parte de las cenizas, pues consideraban que daba buena suerte para todo
el año.
Esta costumbre china llegó a Europa y en Italia fue donde le dieron un sentido
religioso. Primero las utilizaron para las fiestas de Cuaresma, que concuerdan
con el inicio de la primavera.
La piñata está hecha con una olla de barro cubierta con papel de colores
brillantes y representa al demonio, que suele presentar al mal como algo
llamativo para que cautive al hombre y ceda a la tentación.
La piñata clásica es como una estrella de siete picos que representan a los
siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y
pereza.
Pegarle a la piñata con los ojos vendados representa la fe, virtud que nos
permite creer sin tener que ver.
El palo con el que se le pega a la piñata representa a la fuerza de la virtud
que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo. Las virtudes que hay
que cultivar para vencer los pecados capitales son: contra la soberbia, la
humildad; contra la avaricia, la magnanimidad; contra la ira, la paciencia;
contra la envidia, la generosidad; contra la lujuria, la castidad; contra la
gula, la templanza; contra la pereza, la diligencia. Con la ayuda de Dios, se
destruye al mal y así se descubren los frutos que hay dentro de la piñata, que
representan a las gracias de Dios.
El relleno de la piñata es símbolo del amor de Dios porque al romper con el
mal, se obtienen los bienes anhelados.
De Italia, la costumbre de romper piñatas en Cuaresma llegó a España. Los
españoles instauraron una fiesta cada primer domingo de Cuaresma y la llamaron
"El baile de la piñata".
Romper la piñata al inicio de la Cuaresma simbolizaba el deseo de acabar con el
mal en la propia vida, de convertir el corazón para volver a Dios y de recibir
los bienes eternos.
A principios del siglo XVI esta tradición era desconocida en América. Sin
embargo en México, los indios mayas, que gustaban mucho del deporte, tenían un
juego en el que trataban de romper con los ojos vendados una olla de barro
llena de chocolate que se balanceaba detenida de una cuerda. A los frailes
evangelizadores se les ocurrió que serviría de catequesis dar un sentido
religioso al juego de la olla, enseñándoles el significado religioso de las
piñatas y promoviendo que se rompieran durante el tiempo de Adviento como un
complemento a las fiestas de las Posadas y con el mismo sentido de conversión
que le daban los europeos.
Los "aguinaldos" son bolsitas o canastas con dulces y galletas que se
les entregan a las personas que, por su edad o por su salud, no pueden
acercarse a recoger los dulces y las frutas de las piñatas, con la idea de que
nadie se quede sin recibir los beneficios de la piñata y sin participar de la
alegría de la fiesta.
Al repartir los aguinaldos debemos pensar en que todos llevamos dentro nuestro
propio "relleno", es decir, una serie de cualidades, de dones que
debemos descubrir y desarrollar para compartir con los demás. Cuando
compartimos, nos llenamos de felicidad tanto al dar como al recibir.
Algo que no debes olvidar
Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado
interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento
de Jesús.
Recopilado por: Lekes Castor