Cómo
enseñar a tu hijo a compartir
Escrito para BabyCenter en Español
Aprobado por la Junta de Asesores Médicos de BabyCenter en Español.
Qué cabe esperar a esta edad
"¡No
te lo presto!", le grita tu hijo, de entre 3 a 5 años, a su amiguito mientras le quita un
juguete. En cuanto los tranquilizas, vuelven a pelear. “¡No!”, grita de nuevo
cuando su invitado intenta tocar su colección de piedras. ¿Por qué tu hijo no
sabe compartir?
Bueno, sí sabe, pero no es constante. Es posible que pase varias horas al día jugando con otros niños y que sepa esperar su turno a la hora de jugar, incluso puede que esté menos centrado en sí mismo que hace uno o dos años.
Pero aún es impulsivo y no comprende bien el concepto del tiempo, así que esperar mientras su amiguito toma su turno, jugando con uno de sus juguetes favoritos, le puede resultar un reto. Por otro lado, a muchos niños en edad preescolar les encanta hacer dibujos para sus maestros, hacer regalos para papá y mamá, y compartir la merienda con los amiguitos.
A esta edad, los niños están aprendiendo que es agradable regalar y que es divertido compartir con los amigos, así que puedes enseñarle a compartir, animándole a ser generoso y disuadiéndolo con dulzura de comportamientos e impulsos menos altruistas.
Bueno, sí sabe, pero no es constante. Es posible que pase varias horas al día jugando con otros niños y que sepa esperar su turno a la hora de jugar, incluso puede que esté menos centrado en sí mismo que hace uno o dos años.
Pero aún es impulsivo y no comprende bien el concepto del tiempo, así que esperar mientras su amiguito toma su turno, jugando con uno de sus juguetes favoritos, le puede resultar un reto. Por otro lado, a muchos niños en edad preescolar les encanta hacer dibujos para sus maestros, hacer regalos para papá y mamá, y compartir la merienda con los amiguitos.
A esta edad, los niños están aprendiendo que es agradable regalar y que es divertido compartir con los amigos, así que puedes enseñarle a compartir, animándole a ser generoso y disuadiéndolo con dulzura de comportamientos e impulsos menos altruistas.
¿Qué hacer?
Haz que compartir sea divertido. Enséñale juegos de equipo
en los que varios jugadores trabajan juntos para alcanzar una meta común. Haz
rompecabezas con él, tomando turnos para añadir piezas, por ejemplo. Comparte
proyectos: planta hierbas aromáticas en macetas, pinta una puerta o lava el
auto con él. Y por último, dale cosas para compartir con sus amigos de vez en
cuando, como una merienda especial o calcomanías.
No castigues su resistencia a compartir. Si le dices a tu hijo que es egoísta, lo disciplinas cuando no comparte o le obligas a compartir un juguete favorito, harás que tenga resentimiento, no generosidad.
No castigues su resistencia a compartir. Si le dices a tu hijo que es egoísta, lo disciplinas cuando no comparte o le obligas a compartir un juguete favorito, harás que tenga resentimiento, no generosidad.
Para fomentar la generosidad, utiliza el refuerzo
positivo en lugar de un castigo y ten en cuenta que está bien que tu hijo no
comparta determinadas cosas. A medida que crezca, irá aprendiendo que compartir
con sus amigos, los cuales serán cada vez más importantes para él, es más
divertido que guardárselo todo para sí mismo.
Habla con él. Cuando los niños peleen por un juguete, ayúdalos a descubrir qué pasa en realidad. Si un amigo no presta algo, explícale a tu hijo cómo se puede sentir su amiguito. Por ejemplo: “A Pedro le gusta mucho ese juguete y por ahora no quiere que nadie más juegue con él”. Ayúdale a expresar también sus sentimientos. Cuando no se muestre generoso, pregúntale qué le pasa. Quizá descubras que en su escuela no hay muchos trenes para compartir, o que tiene un apego especial a su oso de peluche porque se lo regaló el abuelo.
Enséñale a resolver problemas. Si tu hijo no suelta el juguete que su amiguito quiere, lo más seguro es que esté pensando “O él o yo”. Seguramente, el concepto de compartir el juguete ni tan siquiera se le haya ocurrido. Anímalo a que tome turnos con el juguete (prueba a usar un reloj con alarma para marcar el turno de cada niño). Explícale que compartir no es lo mismo que regalar y dile que si comparte sus juguetes con sus amigos, será más probable que ellos compartan los suyos con él.
Prepáralo de antemano. Antes de que sea hora de jugar, pregunta a tu hijo si hay algo que prefiere no compartir, y guarda esos juguetes especiales. Luego pregúntale con qué cosas le gustaría jugar con sus invitados, como plastilina para modelar, material para dibujar, bloques de construcción y juegos deportivos. Eso le ayudará a prepararse mentalmente para el momento de compartir cuando llegue su invitado. Pide que su amiguito traiga un juguete o dos también, ya que tu hijo puede ser más generoso si no es el único que tiene que compartir sus cosas.
Respeta las cosas de tu hijo. Si tu hijo siente que su ropa, sus libros y sus juguetes no son bien tratados, es poco probable que los preste, ni tan siquiera por un rato. Pídele permiso antes de tomar prestados sus lápices de colores y dale la opción de decir no. Asegúrate de que sus hermanos, amigos e incluso la niñera también respetan sus cosas, preguntando si las pueden usar y cuidando de ellas cuando las tomen prestadas.
Predica con el ejemplo. La mejor manera de que tu hijo aprenda a ser generoso es que sea testigo de la generosidad. Comparte tu helado con él. Ofrécele tu bufanda para que juegue con ella como si fuera la capa de un superhéroe y pregúntale si puedes probarte su gorra nueva. Usa la palabra compartir para describir lo que estás haciendo y no olvides enseñarle que las cosas intangibles (como sentimientos, ideas e historias) también se pueden compartir. Y lo más importante: déjale que te vea a ti dar y tomar, llegar a acuerdos y compartir con los demás.
Recopilado por Lekes Castor
Habla con él. Cuando los niños peleen por un juguete, ayúdalos a descubrir qué pasa en realidad. Si un amigo no presta algo, explícale a tu hijo cómo se puede sentir su amiguito. Por ejemplo: “A Pedro le gusta mucho ese juguete y por ahora no quiere que nadie más juegue con él”. Ayúdale a expresar también sus sentimientos. Cuando no se muestre generoso, pregúntale qué le pasa. Quizá descubras que en su escuela no hay muchos trenes para compartir, o que tiene un apego especial a su oso de peluche porque se lo regaló el abuelo.
Enséñale a resolver problemas. Si tu hijo no suelta el juguete que su amiguito quiere, lo más seguro es que esté pensando “O él o yo”. Seguramente, el concepto de compartir el juguete ni tan siquiera se le haya ocurrido. Anímalo a que tome turnos con el juguete (prueba a usar un reloj con alarma para marcar el turno de cada niño). Explícale que compartir no es lo mismo que regalar y dile que si comparte sus juguetes con sus amigos, será más probable que ellos compartan los suyos con él.
Prepáralo de antemano. Antes de que sea hora de jugar, pregunta a tu hijo si hay algo que prefiere no compartir, y guarda esos juguetes especiales. Luego pregúntale con qué cosas le gustaría jugar con sus invitados, como plastilina para modelar, material para dibujar, bloques de construcción y juegos deportivos. Eso le ayudará a prepararse mentalmente para el momento de compartir cuando llegue su invitado. Pide que su amiguito traiga un juguete o dos también, ya que tu hijo puede ser más generoso si no es el único que tiene que compartir sus cosas.
Respeta las cosas de tu hijo. Si tu hijo siente que su ropa, sus libros y sus juguetes no son bien tratados, es poco probable que los preste, ni tan siquiera por un rato. Pídele permiso antes de tomar prestados sus lápices de colores y dale la opción de decir no. Asegúrate de que sus hermanos, amigos e incluso la niñera también respetan sus cosas, preguntando si las pueden usar y cuidando de ellas cuando las tomen prestadas.
Predica con el ejemplo. La mejor manera de que tu hijo aprenda a ser generoso es que sea testigo de la generosidad. Comparte tu helado con él. Ofrécele tu bufanda para que juegue con ella como si fuera la capa de un superhéroe y pregúntale si puedes probarte su gorra nueva. Usa la palabra compartir para describir lo que estás haciendo y no olvides enseñarle que las cosas intangibles (como sentimientos, ideas e historias) también se pueden compartir. Y lo más importante: déjale que te vea a ti dar y tomar, llegar a acuerdos y compartir con los demás.
Recopilado por Lekes Castor
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