miércoles, 14 de enero de 2015

Juego infantil y desarrollo de la inteligencia

Juego infantil y desarrollo de la inteligencia


El juego infantil es necesario para el desarrollo de la inteligencia del niño/a y, una herramienta útil para adquirir también capacidades motoras y/o afectivas.

Definiendo el juego infantil

El juego infantil siempre debe hacer referencia a las relaciones entre infancia, diversión y educación. El juego es muy necesario en el proceso de desarrollo del niño/a siempre y cuando sea el protagonista.
El juego es una actividad muy importante para los seres humanos, puesto que ayuda a la  socialización, además es una útil herramienta para adquirir y perfeccionar capacidades motoras, afectivas y de desarrollo de la inteligencia.

Características principales del juego

  • Debe ser una actividad placentera, libre, voluntaria y totalmente espontánea.
  • Implica actividad propia de la infancia.
  • Se desarrolla en una realidad ficticia y, con una limitación espacial y temporal.
  • Permite a los niños/as afirmarse y muestra en qué etapa evolutiva están.
  • Favorece la socialización y ejerce una función integradora y compensadora de desigualdades.

Evolución del juego según la edad

  • De 0 a 2 años: etapa de juegos funcionales, el niño/a ejercita las manos y brazos ensayando diferentes movimientos. Tienen lugar los juegos "hedonistas" o de búsqueda del placer. La inteligencia no representa a los objetos sino los tiene delante de su campo visual. Su principal actividad es exploratoria y de manipulación de objetos.
  • De 2 a 7 años: aparece la capacidad de representación simbólica, sin necesidad de que los objetos estén presentes. Adquieren gran relevancia los juegos de imitación. En esta etapa los juguetes deberían fomentar la fantasía.
  • De 7 años en adelante: los juegos sociales adquieren una mayor importancia y ya las reglas del juego están instauradas.

El papel de los adultos en la estimulación del juego

En el juego infantil todos tienen un papel: el niño/a es protagonista, y el adulto, es el facilitador de esta situación lúdica.
  • Educadores: son mediadores entre el juego y el desarrollo del niño/a y la formación, deben utilizar estrategias para promover el juego creativo, es decir que los educadores sean capaces de disfrutar del juego con y para los niños.
  • Familias: organizar juegos y actividades agradables en familia, creando momentos mágicos que dejarán un recuerdo imborrable. Los niños/as que juegan con sus padres se sienten queridos, cuidados y apreciados. Esto les proporciona confianza y seguridad tan necesarias para su completo desarrollo. El juego es una forma agradable, lúdica y gratificante de hacer ejercicio, disfrutar y aprender en familia. Jugar con los niños/as requiere tiempo, estar con ellos y disfrutar todos juntos del juego.

Juego y desarrollo de la inteligencia

Desde los dos años, los niños/as empiezan a emplear símbolos, repiten acciones que ven a los adultos, o imitan el funcionamiento de determinados aparatos. La función simbólica lleva a la representación común del juego y a otras actividades como el lenguaje humano.
Hoy en día se sabe de la importancia del juego infantil para conseguir los niveles intelectuales adecuados de cada etapa evolutiva.  En niños que carecen de función simbólica (autistas, afasia, deficiencias mentales…), se demuestra la importancia que tiene el juego en su maduración personal.

Alimentando la imaginación

El juego despierta la imaginación de los niños/as, y la imaginación estimula y hace más creativo el juego. La creatividad del niño/a pequeño surge a través de su imaginación y fantasía, que se refleja claramente en sus juegos. A medida que el niño/a crece esta imaginación da lugar a la creación de imágenes que se transformarán en el pensamiento creativo.
Según el filósofo y pedagogo Rudolf Steiner, entre los 2 y los tres años cuando el cuerpo del niño/a se ha desarrollado, las fuerzas vitales que contribuyen al crecimiento del cuerpo físico, se vuelcan en la imaginación y los juegos creativos.
La imaginación y la memoria se desarrollan al mismo tiempo. A partir del tercer año, el niño/a empieza a tener conciencia del "yo" y, aparece la memoria y las ideas. Es importante que el niño permanezca el mayor tiempo posible en este estado soñador de la imaginación en la que transcurren los primeros años de la infancia. La imaginación y la creatividad, ayudarán posteriormente al niño/a a desarrollar la intelectualidad necesaria para defenderse en la sociedad actual.

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